viernes, 25 de enero de 2008

Lo tomé de la mano, y lo seguí


Hoy no lavé los platos

ni tendí mi cama.

Lo tomé de la mano, y lo seguí

por donde sus pasos ansiosos me guiaban.


¡Oh, sí! nos fuimos a la aventura

mi hjo y yo,

explorando el campo raso

bajo el sol y el cielo.


Vimos un petirrojo alimentando a su cria.

Trepamos una colina bañada por el sol.

Vimos retozar borregos de nubes

y cortamos un girasol.


Que mi casa no estaba aseada,

que no barrí la escalera,

en veinte años no encontraría

en la Tierra quien lo supiera.


Pero que estoy ayudando a mi hijito

a que en un ilustre adulto se convierta

en veinte años tal vez el mundo entero

lo perciba, lo vea y lo sepa.


Anónimo


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