El mismo miedo es una emoción que puede ser positiva o negativa.
El temor frente a una situación que nos pone en peligro es bueno e indispensable para la vida, dado que nos permite estar alertas y defendernos.
Cuando ese peligro desaparece y seguimos sintiendo miedo, es que el temor se ha adueñado de nosotros.
Ya no procede del exterior sino que surge de nuestro interior y genera gran ansiedad y angustia, lo que impide nuestro desarrollo.
Contra ese miedo interno es que hay que luchar como un enemigo. Y la única forma es limpiar y apaciguar la mente y el corazón para que él ya no pueda habitar dentro nuestro.
El miedo puede transformarse en algo crónico, en una forma habitual de sentir y de reaccionar frente a los acontecimientos y las personas. Si nos confundimos, podemos pensar que ese temor se debe a miedos concretos o fobias. Entonces, tendemos a creer-equivocadamente. que, si podemos evitar esas situaciones o personas, todo volverá a la normalidad. Pero no es así.
El temor no es provocado por ningún objeto exterior, sino que nace adentro.
Si nos acostumbramos a aislarnos de un acontecimiento, de un sentimiento, de una persona, no hacemos más que negar la realidad, El temor seguirá creciendo y abarcando más y más.
Luego de reflexionar, somos capaces de darnos cuenta de que el temor es un producto de nuestra mente, entonces, podemos empezar a modificarlo.
El primer paso es recuperar la paz interna, la calma que debe habitar en nosotros, en mente y espíritu. Para volver a sentir la tranquilidad en nosotros mismos, la mejor forma es ir desde afuera hacia adentro, dado que es el camino que va de lo simple a lo complejo, de lo más fácil a lo más difícil.
La recuperación debe comenzar por los aspectos físicos involucrados con el miedo. Descansar, alimentarnos, disfrutar, sentir placer, comunicarnos, crear, trabajar, enamorarnos, son formas simples de volver a estar en paz.
También lo son todas las técnicas de relajación y meditación.
Se debe practicar por lo menos, dos veces al día estas técnicas.
-
Tome un objeto en su mano, no importa cual; una pelota, una gema o una piedra. Haga inhalaciones y respiraciones, respirando, cada vez más lenta y profundamente sin esforzarse. Cuando inhale, apriete el objeto y suéltelo suavemente exhalando. Haga esto siempre que sienta temor, llévelo con usted siempre. Tóquelo cuando sienta miedo.
-
Es muy importante que camine todos los días. Comience por uno o dos días a la semana, 10 minutos, 15, 30, hasta llegar a la hora. El ejercicio genera hormonas antidepresivas.
-
Procure leer mucho, historias de ficción. Esta concentración lo alejará paulatinamente de sus miedos, hasta que desaparecerán por completo.
Auralba Rosa
12/02/08